miércoles, 10 de agosto de 2011

Personas que nunca se habrían enamorado si no hubieran escuchado sobre el amor.

De la misma manera que hay "flechazos de amor", también hay "flechazos de odio", en los que sentimos una aversión total hacia alguna persona que no halla cometido el peor error que existir. Aunque ciertas veces sólo puedo echarme la culpa a mí misma por no haber sido recibida con los brazos abiertos. Independientemente de lo que ocurra, la espera en sí es magnífica. Todo amor que exalta supera en abundancia y entusiasmo a lo que esperamos de él; se produce algo diferente a lo que queríamos y entonces nos vemos literalmente ahogados. Las ilusiones perdidas también son la puerta abierta a este milagro: la decepción maravillosa. Todo el talento de los individuos consiste entonces en desviar las leyes de la selección a fin de, como dice esa expresión, hallar la horma de sus zapatos. En ese caso, los amantes no podían dejar de encontrarse, estaban destinados el uno al otro incluso antes de cruzarse. Por lo tanto, es vano esperar que nuestras contradicciones se resuelvan un día en una sociedad mejor. Continuarán coexistiendo hasta el infinito a pesar de que pueda haber mejoras parciales y algunas calmas. Hay que renunciar al sentimiento de sí mismo, a encontrar una salida a nuestro caos afectivo. El camino que yo invento con el ser querido tengo que inventarlo a partir de los senderos trillados por millones seres antes que yo.

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