Muchos tienen fantasías respecto a ese momento, creyendo que va a salir a la luz todo lo que guardaron durante años, como suele ocurrir en las películas, pero extrañamente ocurre en la vida real.
La vida real a veces es algo divertido.
En la vida real decir las cosas en el momento justo es algo fundamental.
Tan fundamental que muchos de nosotros comenzamos a vacilar, por decir algo cuando no era el momento indicado.Pero tarde me doy cuenta que, peor que tener miedo a cometer un error, es no decir nada, echar a perder el momento, la oportunidad de decir las cosas.
Pensamos en nuestros miedos como si fuera el fin de nuestras vidas, y luego nos arrepentimos por esos momentos en los que no hablamos.
Cuando no dijimos un te amo. Cuando deberíamos haber dicho perdón. Cuando no nos tomamos un tiempo para nosotros o no paramos por alguien más a ayudar.
Hay palabras que pueden quebrar a alguien en mil pedazos, pero tambien hay otras que pueden recomponerlo de nuevo.
Las palabras de las que más nos arrepentimos son las que utilizamos para herir a alguien, o las que jamás decimos.
Lo que cada uno de nosotros dice puede significar mucho para una persona.
Quizás en el momento que queremos decir las cosas nos sale mal; podemos tartamudear o escaparnos avergonzados, es como un estremecimiento, como sentir que esas palabras juegan dentro de tu mente.
Pero yo creo que las palabras que no te permitís decir a vos mismo, son las que a lo largo de van a atormentar.
Creo que todos merecemos poder mirar hacia atrás sin tener millones de voces en nuestras mentes diciendo "Podrías haberlo hecho, pero ahora ya es muy tarde".
Hay un largo tiempo para el silencio, hay tiempo para esperar tu turno.
Pero si vos sabés claramente que sentís y sabés claramente que necesitas decir, simplemente decilo.
No creo que sea necesario esperar.
Creo que deberíamos hablar ahora.
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